Contrato entre iguales | Cataluña vs Estado

La Constitución es un contrato entre los ciudadanos y el Estado; pero también es un contrato entre las propias instituciones.

Como cualquier contrato, está sometido al cumplimiento de las partes firmantes por medio de las cláusulas redactadas en el mismo. Por tanto, aquella o aquellas partes que dejasen de cumplir dicho acuerdo reflejado en documento oficial se verán obligadas al cumplimiento de tales cláusulas firmadas. Si dicho cumplimiento que se le presume a las partes no se llevase a cabo, la parte infractora siempre tendrá que asumir el coste de sus decisiones y afrontando las sanciones que tuviesen lugar. 

El cumplimiento de un contrato, como el respeto de la Constitución, es como la palabra dada; es valor de ley, es el reflejo de la honorabilidad de la persona que lo ratifica con su firma. Si los dirigentes catalanes no han cumplico con su parte de compromiso contractual, ¿qué esperaban?

Bienvenidos a la República Independiente de Andalucía

Un gran número de catalanes, tal como parece reflejar el no-referéndum del domingo, se quiere independizar; y entre los argumentos que sostienen el más repetido es "España nos roba". ¿España os roba? Comparad los salarios de la clase política autonómica catalana con la del resto de los distintos gobiernos autonómicos; sumadle lo robado por los Puyol. ¿A cuántos millones de euros asciende la corrupción en Cataluña? Sí, claro que os roban; pero los mismos que os animan a poneros delante de una porra para que os partan la cara.

Andalucía. Si una Comunidad Autónoma ha sido vilipendiada ha sido la andaluza. Para contentar a vascos y catalanes nos arrebataron la riqueza industrial que teníamos para repartirla. Al País Vasco, la industria textil; a Cataluña, la industria siderometalúrgica, dejando a Andalucía con los terrenos cultivables sin mecanizar ni modernizar, abandonada en la miseria rural.

¿Los catalanes quieren independizarse porque les roban? Entonces, no cabe duda...  Bienvenidos a la República Independiente de Andalucía.


¿El azúcar mata? Mata la desigualdad

Crear un impuesto que grava las bebidas azucaradas no es la mejor solución para luchar contra la obesidad. Este impuesto lo único que hace es encarecer dichos productos, los cuales seguirán siendo asequibles para las personas con menos recursos y engordando las arcas estatales y la de los fabricantes. ¿Dónde queda la bollería industrial y aquellos otros alimentos que por su composición perjudícan la salud de quienes carecen de recursos economicos suficientes para alimentarse de una forma más sana y equilibrada? Estas medidas no ayudan a disminuir la obesidad, sino que posiblemente se incremente y que la salud general de aquellos ciudadanos con ínfimos recursos empeoren.

La obesidad, al igual que la  hambruna, depende de los recursos de los que se dispongan. Eliminar las desigualdades en entre unos y otros es la mejor medida que se puede tomar para luchar contra la obesidad y el ayuno obligado.

La OMS debería de dirigir sus mensajes hacia los gobiernos y no solo hacia los ciudadanos. Mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, depende de la politicas sociales que los gobiernos lleven a cabo y no del poder adquisitivo que se posea.